Según la teoría de Eric Bentley y Luisa Josefina Hernández, existen siete géneros teatrales mayores:
La tragedia: Género realista. En la tragedia hay personajes ilustre
s, cuya finalidad es producir una crisis, es decir, una purificación del receptor (lector o espectador) y que culmina en muchas ocasiones con la destrucción social o física del protagonista. Es el más importante de los siete. Edipo rey de Sófocles es un ejemplo de este género.-
La comedia: Género realista. En la comedia los personajes son, complejos, comunes y corrientes que encarnan los defectos y vicios de los seres humanos, el conflicto que se presenta es posible y probable en la vida real, si bien su contenido se exagera o ridiculiza en el intento por provocar la risa del receptor. El protagonista en este conflicto lucha con su antagonista en un intento fallido por lograr sus propósitos; fallido, porque sus intentos los llevan a diversas situaciones, en las cuales fracasa o es objeto de burla. El desenlace presenta una solución alegre al conflicto con la cual todos los problemas se alegran y todos quedan felices. Generalmente los autores a través de la risa intentan que el receptor reflexione acerca de lo que sucede en la obra y de esta manera pueda extraer una enseñanza si se ve identificado con alguno de los personajes. Por ello, algunos autores consideran que la comedia es moralista. Tartufo o el impostor de Molière es un ejemplo.-
La pieza: Género realista. Se caracteriza por tener personajes comunes y complejos que se enfrentan a situaciones límite de su vida y que terminan por reconocer aunque esto no necesariamente genere un cambio interno en el protagonista. Los frutos caídos de Luisa Josefina Hernández es un ejemplo.-
Melodrama: Género no realista. Las anécdotas complejas donde los personajes
son simples es la característica fundamental de este género. Busca que el espectador tenga una respuesta emocional superficial ante los sucesos de la escena. Los personajes tienen reacciones emocionales exacerbadas ante las acciones de los otros personajes. Hay un conflicto de valores opuestos que pueden estar en cualquier ámbito: moral, estético, etc. Nuestra Natacha de Alejandro Casona es un ejemplo.-
Tragicomedia: Género no realista. El personaje protagónico simple, generalmente un arquetipo, está en busca de un ideal: el amor, la amistad, la fraternidad, etc. La anécdota es compleja. A pesar de lo que el nombre pueda sugerir, no se trata de la unión o mezcla de la tragedia y la comedia.-
Obra didáctica: Género no realista. Caracterizada por presentarse en forma de silogismo que invita a la reflexión del espectador y que a partir de ella tenga un aprendizaje. Los personajes son simples y la anécdota compleja. El círculo de tiza caucasiano de Bertolt Brecht es un ejemplo claro.-
Farsa: Género imposible. Su característica principal radica en la unión de una sustitución de la realidad (de lenguaje, de lugar, etc.) con elementos de cualquiera de los otros seis géneros, por
ello no es un género puro. Es simbólica. Sus orígenes se remontan a Aristófanes pero es en el siglo XX cuando este género toma verdadera importancia y relevancia. La cantante calva de Eugène Ionesco es el más claro ejemplo de ello.-
El Diálogo: Es el intercambio de mensajes entre 2 o más personas, alternando los papeles de emisor y receptor. Se representa a través de los parlamentos de los personajes o voces dramáticas.
Monólogo: Es una forma discursiva que permite al personaje estando solo en el escenario, plantear dudas acerca de las decisiones o compromisos que va a tomar en su fuera interno. Es la expresión de pensamientos y sentimientos sin esperar respuesta.
Soliloquio: Es una forma discursiva en la cual el personaje habla en voz alta, estando solo, refiriéndose no así mismo, si no más bien al acontecer con presencia de un auditorio no necesariamente identificable. Su diferencia con el monólogo es muy sutil y está en la presencia de un interlocutor. Muchos autores no notan la diferencia entre ellos y toman los términos como sinónimos.
Es una forma discursiva en donde un personaje habla en voz alta, suponiendo que los demás no lo escuchan, estableciendo además cierta complicidad con el público.Aparte:
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